El origen e historia de la criptografía es muy interesante aunque parece que sea algo que no va con nosotros. Y es que la criptografía consiste en traducir un mensaje de forma que solo el receptor al que va destinado sepa su significado. Desde la agencia de traductores en Madrid de Traducciones Agora queremos explicarte un poco más sobre ella.
La criptografía no solo es el campo donde actúan los espías y los militares que quieren enviar mensajes secretos. Pero el caso es que nosotros enviamos sin saberlo muchos mensajes secretos. ¿Quieres saber cuáles?.
Cada vez que en un cajero automático ponemos el número secreto de la tarjeta de crédito, estamos enviando un mensaje encriptado que solo deberíamos leer el banco y nosotros.
Cuando enviamos un correo electrónico, ese texto es un mensaje que debe mantenerse en secreto para todo aquel que no sea el receptor. Cada vez que introducimos datos nuestros en Internet, deberían ser secretas excepto para aquellos a quienes las enviamos.
Y todo esto se consigue cifrando el mensaje que enviamos. Criptografía pura y dura. Pero esto de enviar mensajes secretos usando claves particulares tiene una larga historia. Al menos en Europa y Oriente Medio.
En un momento concreto, los militares se dieron cuenta que, si enviaban un mensajero y éste caía en manos del enemigo, el mensaje que llevaba daría una gran ventaja a quien lo conociera.
Sabría por adelantado lo que estaban planeando y podría tomar medidas para contrarrestar su estrategia. Pero esto no pasaría si el mensaje lo escribían de forma que solo el pudiera leer el receptor deseado.
Por ejemplo, algunas de las primeras claves eran de transposición. Cuando tenían que poner una letra, escribía otra. Podía ser la siguiente, o dos letras más allá, o cinco veces la letra anterior.
Los que ignoraban la clave solo verían un amasijo de letras sin sentido, mientras que los interesados podrían leer sin problemas traduciendo el mensaje con la clave. Dicen, pero no es seguro, que Julio César utilizaba este tipo de cifrado para comunicarse con sus generales.
Otro método era escribir un pergamino largo que solo tenía sentido leído en vertical y después de enrollarlo en un palo de un diámetro determinado. En teoría, si no tenías un palo igual que el original, no podías leer el texto (ver historia y origen del libro).
Estos sistemas eran relativamente sencillos y con el tiempo se encontraron maneras de descifrarlos o traducirlos. Por ejemplo, en un texto en español, la letra que más veces aparece es la “e”. Y la “q” nunca aparece sola, siempre va seguida de una “u”. Sabiendo esto y analizando cuántas veces aparece cada símbolo, no era difícil romper las claves que se usaban.
En realidad, la historia de la criptografía ha sido una carrera ininterrumpida entre los sistemas para cifrar y los sistemas para romper las claves.
Un momento importante fue la Segunda Guerra Mundial, con las máquinas «enigma» que usaban los alemanes. Al final también se pudo romper ese sistema, pero la automatización empezaba a poner las cosas complicadas. Y más cuando los matemáticos pusieron manos a la obra.
A partir de entonces, se inventaron métodos cada vez más sofisticados para cifrar mensajes. Lo que pasa es que también aparecieron los ordenadores, que daban muchísima potencia de cálculo a los que querían romper los sistemas de cifrado.
El tema es tan importante que muchos países tienen leyes para proteger la invención de sistemas de cifrado. A los gobiernos no les gusta que la gente envíe mensajes que no puede controlar. En parte es, obviamente, por temas de seguridad, pero también por la irresistible tendencia a “meter la nariz” en los asuntos de la gente que tienen los que controlan el poder.
Y con Internet la historia ha vuelto a empezar. Se diseñan claves de seguridad que paulatinamente van quedando obsoletas y son substituidas por otras más seguras, que a su tiempo quedarán también obsoletas. Una carrera de la que a menudo no somos conscientes, pero en la que tenemos mucho más interés de lo que pensamos.
Esperamos que este artículo sobre el origen e historia de la criptografía te haya gustado y te haya resultado de mucha utilidad. Si es así, ayúdanos compartiéndolo en las redes sociales.
Y recuerda que si necesitas ayudas con la traducción de tus textos, documentos o página web, te podemos ayudar en:
- Traductores de Sevilla
- Traductor de Barcelona
- Traductor de Valencia
- Traductor de Bilbao
- Traductor de Zaragoza
- Traductores en Málaga
- Traductor de La Coruña
Para finalizar, no te pierdas la historia de la lingüística