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Traducción jurada

Traducción jurada u oficial

Es la traducción con carácter oficial de uno o varios documentos. Este tipo de traducción se puede denominar según el país, jurada, oficial, certificada o pública. El rasgo más característico de las traducciones juradas es que todas y cada una de las páginas de la traducción deben ir selladas por el traductor jurado que ha realizado la traducción.

También debe constar su firma dando fe de que es totalmente fiel al documento original. Dicha rúbrica debe aparecer al final del documento. Para realizar un trabajo de estas características se ha de aportar necesariamente al traductor jurado el o los documentos originales, apostillas, firmas, sellos y timbres, dependiendo de cada caso.

características de la traducción juradaEsta modalidad puede ser necesaria por requerimiento de organismos públicos, juzgados, tribunales, notarios, embajadas o ministerios, entre otros.. Como hemos comentado anteriormente, una traducción se convierte en jurada cuando es sellada en cada página y se firma por traductor jurado. Este hecho le otorga el carácter de documento oficial, exactamente igual y con idéntica validez legal que el documento original.

No hay que confundir la traducción jurada con la interpretación jurada que resulta ser la transmisión idiomática de modo oral, que se realiza normalmente en juicios o tribunales, de cuyo contenido se responsabiliza directamente el intérprete.

Traductores jurados

Las traducciones juradas solamente pueden ser realizadas por traductores jurados nombrados por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC). También se puede contratar la traducción a las agencias de traducción que ofrezcan este servicio y que dispongan de traductores jurados en su plantilla, como es el caso de nuestra empresa de traductores Agora.

Según el país, los traductores acreditados pueden recibir diferentes nombres. En España, por ejemplo, la denominación oficial es traductor-intérprete jurado, aunque coloquialmente se le llama traductor jurado. En otros países como Uruguay y Argentina se les denomina traductor público, en Colombia traductor oficial o perito traductor oficial en Méjico.

Volviendo a España, el nombramiento que capacita a los traductores profesionales para realizar traducciones juradas entre el español y una lengua extranjera, como hemos comentado es el MAEC . La función del traductor jurado se regula en el capítulo II del Reglamento de la Oficina de Interpretación de Lenguas del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, según el Real Decreto 2002/2009, de 23 de diciembre.

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Documentos que requieren traducción jurada

Existe una gran variedad de documentos que, por norma general, en caso de necesitar su traducción, deba ser jurada. Seguidamente exponemos un listado de los más habituales:

  • Estatutos de sociedades
  • Contratos o Acuerdos
  • Cuentas anuales
  • Facturas de compra
  • Balance de cuentas
  • Autos judiciales
  • Poderes notariales
  • Informes de vida laboral
  • Certificados de nacimiento
  • Certificados bancarios
  • Permisos de conducir
  • Formularios de Hacienda
  • Sentencias judiciales (sentencia de divorcio, adopción, separación, etc.)

Qué formato deben tener las traducciones juradas

Los textos que precisan una traducción jurada normalmente muestran un formato concreto, al contrario de los textos que precisan una traducción simple, como por ejemplo, textos turísticos, técnicos o comerciales. Esta clase de documentación suelen ser títulos, actas, certificados, etc., que en su mayoría están formados por sellos, notas, marcas de agua o tablas.

traductores legales oficialesLa normativa no demanda mantener el formato original del escrito sobre el que se efectúa la traducción jurada. Naturalmente, aplicar un formato semejante al texto original ayuda en gran medida la comprensión, cotejo y lectura de la traducción jurada.

Pese a que la normativa actual para traducciones juradas no obliga a utilizar un formato concreto, sugiere como proceder con los timbres, sellos y demás elementos representativos. En una traducción jurada se ha de situar entre corchetes todo aquello correspondiente a elementos gráficos que aparezcan en el texto original y su correspondiente traslación en caso que sea posible o necesario.

Básicamente, el formato final de la traducción queda a criterio del traductor jurado. Éste, tiene libertad para respetar el formato del documento original al máximo, o realizar la traducción con un formato más sencillo, simple y/o esquemático con el fin de que su lectura resulte mucho más rápida y sencilla.

De este modo, si el documento a traducir presenta un formato denso, como por ejemplo, una instancia con diversos campos y varias tablas, el traductor jurado tiene la potestad para plasmar los campos de un modo esquemático en líneas independientes. Si el documento original contiene sellos o timbres, imperiosamente no deben ubicarse en el mismo lugar. El traductor tiene la opción de transcribirlos en el mismo lugar, o bien, en cualquier otro emplazamiento de la página.

No obstante, para poder cotejar el documento original con la traducción jurada de forma rápida y precisa, la mejor opción es que la traducción respete al máximo la estructura y paginación original. Que la traslación respete o no el formato, no influye en modo alguno la calidad de dicha traducción jurada.

El traductor jurado experimentado es capaz de poder decidir, en cada caso, cual es la mejor forma de proceder. Es decir, si respetar el formato original o no. Esto es debido a que, por su experiencia, conoce los requerimientos habituales de cada institución u organismo.

Como hemos comentado con anterioridad, la legislación española pertinente regula solamente ciertos matices en las traducciones juradas. Para poder cubrir esta deficiencia, diversas asociaciones de traductores de diferentes países crearon una serie de recomendaciones o normas de buenas prácticas. Seguidamente exponemos una relación de las que creemos más importantes:

  • Se han de transcribir aquellos fragmentos del documento que aparezcan en una lengua diferente a la que está autorizado a traducir.
  • Se han de transcribir sin realizar la traducción todos los nombres propios, direcciones postales o notas académicas.
  • Se han de traducir los nombre de las instituciones, ministerios, organismos públicos, etc., del modo más literal posible.
  • Las abreviaturas se adecuarán en el idiomas de destino, sin emplear ninguna abreviatura semejante.
  • Las fechas, horas y cifras se han de transcribir empleando el formato utilizado al del país de destino.
  • Los posibles errores ortográficos o tipográficos no se han de corregir. Se han de mencionar en el documento traducido.
  • Si existen fragmentos del documento original que sean inteligible o ilegibles, como por ejemplo una calidad baja de la copia o una impresión defectuosa, se describirán en el documento traducido como tales.

Cómo saber si necesito una traducción jurada

Todo dependerá del propósito que posea el documento que va ha ser traducido y de cual es la institución u organismo al que se va a presentar la traducción.

Habitualmente son necesarias traducciones juradas para todos los trámites que se realicen para instituciones y organismos oficiales, que precisen la presentación de documentación con sus respectiva traducción a otro idioma. Pueden solicitarla, entre muchos otros: Universidades, registros, juzgados, la Administración Pública, un notario o cualquiera de los ministerios.

Cuando se tenga que presentar la traducción jurada se debe adjuntar también el documento original o en su defecto, una copia compulsada. Si la legalización de documentos públicos se ha de realizar en un país extranjero, en ocasiones, se puede solicitar entregar también una Apostilla de la Haya, que no es más que un sistema para comprobar la autenticidad del documento original (no de la traducción jurada). Consiste en un documento, normalmente de una hoja, que se añade al texto original o se adhiere en el reverso.

En el sector empresarial son varios los casos en que es preciso traducciones juradas, por ejemplo, en el caso que una empresa extranjera quiera crear una delegación en España, o también, si una compañía española quiere expandirse internacionalmente, deben traducir sus escrituras de constitución y estatutos.

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