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Curiosidades de Oviedo

Oviedo, la encantadora capital de Asturias, es una ciudad llena de historia, cultura y, por supuesto, curiosidades fascinantes que a menudo pasan desapercibidas. En este artículo, elaborado por nuestra agencia de traducción en Oviedo, exploraremos algunos de los aspectos más singulares y las rarezas que hacen de la capital asturiana un destino único. ¡Prepárate para descubrir los secretos menos conocidos de esta joya!

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Las estatuas parlantes

En pleno corazón de Oviedo, se encuentran las famosas estatuas parlantes, una curiosa tradición que ha perdurado a lo largo del tiempo. Estas estatuas, ubicadas en la Plaza de la Escandalera, no solo son elementos artísticos, sino que también sirven como lugar de encuentro para quienes desean expresar sus opiniones o compartir historias. ¡Imagina caminar por la plaza y ser testigo de una conversación única entre estatuas y transeúntes!

Cada hora el himno de Asturias

No se puede negar que todos los habitantes de Asturias sentimos un gran orgullo por nuestra tierra natal, y es común que una de las primeras canciones que aprendemos sea el himno regional.

En la encantadora ciudad de Oviedo, esta melodía resuena cada hora desde el majestuoso reloj de la Plaza de la Escandalera. Las campanas interpretan una canción que nos conecta a todos y representa de manera simbólica nuestro hermoso rincón del mundo.

Las letras gigantes

Oviedo cuenta con un peculiar atractivo que no muchos conocen: las letras gigantes esparcidas por la ciudad. Estas letras forman palabras o frases ingeniosas y creativas que invitan a la reflexión. Desde el Parque de San Francisco hasta la Plaza Porlier, cada letra cuenta una historia, convirtiendo las calles de Oviedo en un fascinante libro abierto.

El reloj de la Catedral

La Catedral de San Salvador alberga un tesoro que pocos turistas notan: su reloj único. Este reloj, conocido como «El Reloj de las Mariposas», tiene una particularidad encantadora. Cada hora en punto, en lugar de escuchar el típico sonido de campanadas, el reloj emite el suave zumbido de las alas de las mariposas. Una experiencia auditiva única que transporta a los visitantes a un mundo mágico.

Cobrar por disfrazarse en Carnaval

En tiempos pasados, hace un siglo, el Ayuntamiento de Oviedo solía recaudar una peseta por el privilegio de lucir una máscara durante las festividades de carnaval, según revela el archivo municipal. ¿Se podría considerar este hecho como el punto álgido de los tributos festivos?

Sidra por el suelo

La sidra asturiana es famosa en todo el país, pero en Oviedo, hay una peculiar tradición relacionada con su consumo. En algunos bares y sidrerías, es común ver a los locales derramar una pequeña cantidad de sidra en el suelo antes de disfrutar de su bebida. ¿La razón? Según la tradición, este gesto simboliza el agradecimiento a la tierra y a los dioses por la generosidad de la sidra.

El árbol de la sidra

Oviedo alberga otro tesoro relacionado con la sidra: el Árbol de la Sidra. Este singular árbol, ubicado en el Parque de Invierno, está decorado con botellas vacías de sidra, creando una obra de arte al aire libre que rinde homenaje a la cultura asturiana y a su bebida emblemática.

Los azulejos de la Calle Cimavilla

Al pasear por la calle Cimavilla, te sorprenderá la presencia de azulejos en las fachadas de los edificios que narran historias locales. Cada azulejo cuenta una pequeña anécdota o muestra una escena peculiar de la vida cotidiana en Oviedo. Es como recorrer las páginas de un libro urbano mientras exploras esta pintoresca calle.

Ovetenses y carbayones

El gentilicio en Oviedo abarca tanto «ovetense» como «carbayón». El término «carbayón» hace referencia a un roble emblemático de la ciudad. Este apelativo coloquial se relaciona con un roble centenario que antaño extendía sus raíces en el suelo, al inicio de la calle Uría. A pesar de que fue talado en 1879 debido al deterioro de su madera, su memoria perdura en la conciencia de la capital asturiana.

La palabra «carbayu» en asturiano significa roble, de donde proviene el afectuoso apodo para los habitantes de Oviedo. En la actualidad, este término ha trascendido al ámbito futbolístico, un hecho que llena de orgullo a cada ciudadano ovetense.

La ruta de las estatuas

Oviedo alberga una fascinante colección de estatuas contemporáneas que se distribuyen de manera estratégica por toda la ciudad. Desde esculturas vanguardistas hasta piezas más arraigadas en la tradición, la Ruta de las Estatuas ofrece una experiencia única para apreciar el arte al aire libre y descubrir las expresiones artísticas que embellecen plazas y parques a lo largo y ancho de la ciudad.

El elogio del Horizonte de Chillida

Aunque Eduardo Chillida no es originario de Oviedo, su obra, «Elogio del Horizonte», ubicada en el Monte Naranco, se ha convertido en un símbolo icónico de la ciudad. Esta escultura monumental, hecha de hormigón, ofrece una vista panorámica impresionante de Oviedo y sus alrededores. La combinación de la obra de Chillida y el paisaje natural crea una experiencia única para los visitantes.

La Escuela de Comercio y su dragón

La Escuela de Comercio de Oviedo es conocida por albergar una peculiar estatua de un dragón en su fachada. Esta figura mitológica, que parece emerger de la propia arquitectura del edificio, ha suscitado numerosas teorías y leyendas locales. Algunos dicen que protege a los estudiantes, mientras que otros sostienen que es símbolo de la valentía y la búsqueda del conocimiento.

Culín, la medida de todas las sidras

La sidra asturiana se disfruta en «culines», una medida un tanto imprecisa pero característica. Se comparte la botella culín a culín, fomentando un ambiente de camaradería. Enraizado en un sentimiento de comunión con los demás, se dice que «Con fabes y sidrina nun fai falta gasolina», una expresión que subraya la verdad de esta afirmación.

El Mercado del Fontán y su reloj de agua

El Mercado del Fontán, con su bullicioso ambiente y productos frescos, es un lugar digno de explorar. Pero lo que muchos pasan por alto es el reloj de agua que adorna la plaza. Este ingenioso reloj utiliza chorros de agua para indicar las horas, ofreciendo una forma única de marcar el tiempo en el corazón del mercado.

La ciudad de La Regenta

La célebre obra escrita por Clarín, «La Regenta», ambienta su trama en la ciudad de Oviedo, denominada Vetusta por el autor. En la plaza de la catedral de la ciudad, una estatua de bronce representa a la protagonista de esta historia.

Cuando el libro fue publicado, el Obispo de Oviedo expresó fuertes críticas contra Clarín, argumentando que la narrativa era indecente y reflejaba una sociedad decadente y lujuriosa. De hecho, en la hemeroteca se conservan las cartas que intercambiaron, donde el Obispo censuraba la obra y Clarín la defendía a través de un periódico de la época.

El Barrio de la Losa y sus trampantojos

El Barrio de la Losa es conocido por sus trampantojos, ilusiones ópticas pintadas en las fachadas de los edificios. Estas pinturas creativas engañan a la vista y crean efectos visuales sorprendentes, convirtiendo un simple paseo por el barrio en una experiencia artística inesperada.

Los seis títulos del escudo

En el escudo de Oviedo se reflejan los títulos que enorgullecen a la ciudad: «muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y buena». A través de estos títulos, Oviedo se presenta como un rincón de cuento fantástico. Sin duda, la ciudad posee un encanto innegable, pero su mayor tesoro reside en su rica historia.

El Parque Purificación Tomás y la escultura homenaje a las lavanderas

En el Parque Purificación Tomás, una escultura peculiar rinde homenaje a las lavanderas que solían trabajar en el río Nora. La obra captura la esencia de esta actividad tradicional, ofreciendo un recordatorio visual de la historia laboral de muchas mujeres ovetenses.

Las Marañuelas de la Regenta

Las marañuelas son dulces típicos de Oviedo, pero lo que pocos saben es que su nombre está vinculado a la novela «La Regenta» de Leopoldo Alas Clarín. Según la historia, el autor solía frecuentar una pastelería donde se servían estos deliciosos pastelitos, y desde entonces, se les conoce como «marañuelas».

El Teatro Campoamor y sus butacas azules

El Teatro Campoamor, famoso por ser la sede de los Premios Princesa de Asturias, tiene un detalle curioso: sus butacas son de color azul. Esta elección de color no solo agrega un toque distintivo al teatro, sino que también se dice que crea un ambiente único y relajado para los espectadores.

La silla vacía en la Plaza de Trascorrales

En la Plaza de Trascorrales, una silla vacía en el centro de la plaza sirve como símbolo de la cultura y la historia de Oviedo. Se dice que representa la ausencia de un comerciante que solía vender sus productos en ese lugar, recordando la importancia de los mercados tradicionales en la vida de la ciudad.

Oviedo, más allá de sus monumentos y lugares emblemáticos, es una ciudad llena de sorpresas y curiosidades que hacen que la experiencia de explorarla sea única. La próxima vez que visites esta encantadora ciudad asturiana, no te limites a los destinos turísticos convencionales; sumérgete en sus rarezas y descubre el encanto oculto de Oviedo. ¡Te sorprenderás con cada rincón y peculiaridad que esta ciudad tiene para ofrecer!

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