A lo largo de los años, en Traducciones Agora, hemos venido observando que muchos traductores profesionales no tienen un rumbo establecido en su actividad, no tienen objetivos. No nos referimos a unas metas de ganar x dinero, o poder comprar x cosa. Hablamos de que están dando vueltas en un círculo vicioso autoimpuesto: la trampa del día a día.
Trabajan, trabajan y trabajan únicamente para sus clientes. De hecho, es muy posible que a medio y largo plazo, lleguen a tener un sentimiento de frustración, hastío, insatisfacción o incluso de agotamiento. Esto es aplicable a muchos otros profesionales. Por este motivo desde nuestra agencia de traductores en San Sebastián nos gustaría intentar ayudarles con este artículo. Esperamos humildemente poder conseguirlo.
Un error de muchos traductores profesionales
Una de las frases que oímos en muchas ocasiones cuando hablamos con nuestros colegas de profesión es: siempre trabajando, incluso los fines de semana. Es uno de los lamentos que nos expresan muchos traductores profesionales: Siempre estoy trabajando…, muchas traducciones.
Los orígenes de esta posible situación de frustración, hastío, agotamiento o insatisfacción son diversos, pero podemos sintetizarlas en una: no se ha de trabajar únicamente para los clientes (tareas, prestación del servicio de traducciones, el día a día), sino que se ha de trabajar también para uno mismo. Se trata de que debes tener un proyecto, una hoja de ruta, una estrategia para tu profesión y tu carrera. Es sencillamente una cuestión de mesura.
Permítenos explicarte en unas pocas líneas la fábula del leñador que expresa perfectamente el mensaje que pretendemos transmitirte:
A un leñador, le contrataron para talar los árboles de una zona del bosque. El leñador, un gran profesional muy motivado, se propuso hacer un gran papel y salió al bosque a talar. El primer día cortó veinte árboles y quedo muy satisfecho.
A la mañana siguiente, se levantó muy temprano y se fue al bosque a talar. A pesar de todo su empeño, taló solo trece árboles. Pensó que tal vez estaba cansado y se acostó pronto. Al tercer día. puso toda su alma en su trabajo pero solamente consiguió talar ocho árboles. Regresando a casa, se encontró con otro leñador de la zona muy experimentado y decidió explicarle, contrariado, lo que le estaba sucediendo.
Entonces el experimentado leñador le preguntó: –¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez? –¿Afilarla? No he tenido tiempo para parar y afilar mi hacha, he estado muy ocupado talando.
Moraleja: en ocasiones una sencilla pregunta nos hace recapacitar sobre lo que estamos haciendo y de cómo lo estamos realizando. Es habitual escuchar al personal de muchas empresas quejarse de no tener tiempo, de tener demasiado trabajo, la falta de sueño, del estrés…, sin embargo detenerse a pensar que si afilan su hacha (algo que normalmente lleva unos pocos minutos) podrían ahorrarse muchas horas de esfuerzo y trabajo. Caer en la trampa del día a día y trabajar sin descanso, solo nos llevará a la frustración y al agotamiento.
Naturalmente, todas las opciones son legítimas, faltaría más, no pretendemos ser paladín de esta causa. Es posible que ya lo sepas (o tal vez no), pero si nunca encuentras tiempo para pensar estratégicamente, prepararte para cambiar tus circunstancias y conseguirlo, es muy probable que ya estés dentro del círculo vicioso antes mencionado.
Si es así, piensa en positivo, al menos ya tienes el deseo, pero te falta la constancia y voluntad para cambiar tu situación. Es posible también que tengas una estrategia, pero el tiempo te está demostrando que no funciona, pero insistes en seguir empleándola. Es una opción igualmente legítima.
Bien es cierto que, para muchos traductores, la opción de trabajar únicamente para sus clientes es la opción “cómoda”. Pensar que si tu trabajo es competente, también serás competitivo es un error. Todos conocemos a muchos traductores profesionales muy competentes que pueden ofrecer traducciones de excelente calidad a sus clientes. Pero…, ¿son realmente competitivos?
La competitividad no es solo una cuestión de competencia, sino principalmente se trata de la percepción que tengan de ti. Tus clientes han de tener la sensación de que eres la mejor opción, no solo una buena opción. Tal vez te interese: errores de comunicación entre traductor y cliente.
Muchos de los traductores profesionales competentes son vistos por sus clientes simplemente como un buen proveedor de servicios de traducción, y nada más…, sin un valor añadido. La mayoría de traductores que son “solo competentes” van hacia donde les llevan sus clientes.
Si los clientes desaparecen pasándose a la competencia o cesan su actividad, el traductor entra en un estado de inseguridad e incertidumbre demasiado elevado. Lamentablemente, algunos excelentes traductores comparten su destino con el de sus clientes. Que la vida profesional de un traductor autónomo o independiente no tenga un rumbo claro es un riesgo demasiado elevado.
¿Cuál es la función principal de un traductor respecto a sus clientes? Es probable que pienses que ofrecer un buen servicio al cliente. De nuevo nos encontramos con que hay una gran cantidad de traductores que ofrecen un buen servicio o un servicio excelente a sus clientes. Entonces, ¿cómo puedes destacar entre todos ellos? La clave está en la diferenciación.
La diferenciación es un excelente modo de destacar del resto de tus competidores, y será muy valorada por tus clientes actuales y potenciales. La diferenciación incluye no sólo dar un excelente servicio, sino ser apreciados como los colaboradores con mayor valor añadido y, en resumen, como la mejor opción para tus clientes.
Es posible que no compartas todo lo que hemos explicado en este artículo. En ese caso te invitamos a que reflexiones con calma sobre todo ello. Piensa que si un traductor profesional no conoce su particularidad (es decir, por qué los clientes deben preferirle respecto a otros), y no la comunica a sus posibles clientes, corre un alto riesgo de ser elegido sobre uno de los criterios que más desmotiva a los traductores profesionales: una tarifa baja. Pero sobre todo recuerda:
Primero hay que ser competentes, y luego, competitivos.
¿Y tú qué opinas? ¿Estás de acuerdo con lo expuesto en este artículo? ¿Qué te hace diferente de otros traductores? Para nosotros, tu opinión es muy importante y te invitamos a que la compartas con todos mediante un comentario.