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Dificultades en la traducción para el sector turístico

Explorar el mundo a través de la traducción turística presenta un fascinante desafío lingüístico y cultural. En este artículo, elaborado por nuestra agencia de traducción en Vitoria-Gasteiz, nos sumergimos en las complejidades que surgen al traducir textos destinados a guías turísticas, documentos informativos y materiales relacionados con viajes.

Desde la transposición de nombres de monumentos hasta la sutileza de adaptar festividades y contextos históricos, examinaremos las particularidades que enfrentan los traductores al buscar transmitir de manera efectiva la riqueza cultural de un destino a un público diverso. Acompáñanos en este viaje lingüístico donde desentrañaremos los entresijos de la traducción para el apasionante sector turístico.

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Introducción

En el ámbito de las traducciones destinadas al sector turístico, surgen desafíos relacionados con los aspectos culturales cuando el texto original se redacta considerando a los lectores nativos de un país específico, familiarizados con dichos elementos, mientras que aquellos de otras nacionalidades pueden desconocerlos.

No obstante, también puede ocurrir lo contrario. Imaginemos una guía de viajes redactada por un autor extranjero que aborde el tema de España. En este caso, el autor explicaría aspectos culturales, geográficos o gastronómicos españoles que son familiares para nosotros pero no para lectores de otros países.

En el ámbito de la traducción para el turismo, nos enfrentamos a dos desafíos lingüísticos fundamentales: la terminología específica del sector y la traducción de elementos culturales. A continuación, examinaremos algunos ejemplos de elementos culturales en textos turísticos y sus posibles versiones traducidas.

Nombres geográficos

Mientras que la denominación de países en español es generalmente conocida, la situación es más compleja cuando se trata de ciudades. Muchos topónimos extranjeros cuentan con una versión en español (o «españolizada«, como Shanghái), especialmente en países con una histórica conexión con España, como Francia, Italia, Alemania o Bélgica.

Por ejemplo, la mayoría de las ciudades importantes en esos países tienen una versión española de su nombre, a diferencia de las ciudades de Tailandia o Nueva Zelanda. Sin embargo, algunas de estas denominaciones han caído en desuso, como Maguncia para referirse a Mainz o Tolosa para Toulouse. En estos casos, es necesario reflejar el uso actual en español.

Gastronomía

Este aspecto siempre resulta complejo, dado que la gastronomía constituye uno de los máximos exponentes culturales en la mayoría de los países. Si existe una traducción establecida, como en el caso de «pato a la pekinesa» o «salsa boloñesa», se respetará, aunque en muchas ocasiones se acompañará de la denominación original.

En situaciones donde no hay una traducción y el nombre del plato es descriptivo (por ejemplo, «kartoffelsalat» o «fish and chips»), se proporcionará el nombre original acompañado de una traducción al español. En caso contrario (y siempre que no haya limitaciones de espacio y el cliente lo permita), incluir una breve descripción del plato puede resultar útil para que el lector tenga una idea de lo que está por disfrutar.

Por supuesto, todo esto dependerá del propósito de nuestra traducción gastronómica y del público al que nos dirigimos. Si la traducción está destinada a españoles que residen en Londres desde hace años, explicar las delicias de la cocina inglesa puede resultar innecesario.

Nombres de monumentos, edificios y calles

Usualmente, se opta por traducir los nombres de edificios y monumentos con el fin de facilitar su comprensión, como el Palacio Real, ayuntamiento, Iglesia de San Mateo, Palacio de la Ópera, abadía de Westminster, Torre de Londres, entre otros. En este proceso, se traduce el nombre común del edificio, convirtiendo, por ejemplo, Buckingham Palace en el Palacio de Buckingham.

En el caso de iglesias con nombres de santos, también se realiza la traducción, siendo la catedral de San Pablo en lugar de la catedral de Saint Paul. No obstante, existen excepciones respaldadas por el uso, como la catedral de Notre Dame en lugar de la catedral de Nuestra Señora. En guías turísticas y documentos similares, el nombre en español suele ir acompañado, entre paréntesis, del nombre en la lengua original, generalmente por razones prácticas, considerando que los letreros en Alemania estarán en alemán, por ejemplo.

En relación con las calles y plazas, se mantiene el nombre en la lengua original, a menos que dicho lugar también sea un monumento con una traducción establecida en español, como la Plaza Roja de Moscú (donde «Plaza» se escribiría en mayúsculas al considerarse parte del nombre del monumento).

Festividades

En cuanto a festividades, solo se traducen los nombres de fiestas y festivales si existe una traducción establecida en español, especialmente en festividades religiosas de países con tradición cristiana. En otros casos, se dejan sin traducir, como Oktoberfest, o se proporciona una aclaración o traducción adicional, como Diwali o festival de las luces.

Hechos políticos e históricos

En el ámbito de hechos históricos y políticos, al igual que con la gastronomía, los habitantes de un país suelen conocer eventos históricos, políticos y geográficos que pueden ser desconocidos para los extranjeros. En una traducción, si se hace referencia a un evento o personaje histórico crucial para la comprensión del texto, se adaptará la traducción para contextualizar al lector extranjero.

En situaciones opuestas, por ejemplo, si un autor extranjero escribe una guía de viajes sobre España y menciona hechos históricos o personajes ampliamente conocidos por los lectores españoles, se ajustará la traducción eliminando información innecesaria.

Para finalizar, te recomendamos que veas Cómo es la traducción para restaurantes

 

 

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