El lenguaje presenta un extraordinario y constante carácter dinámico. Los idiomas o lenguas, a lo largo de su historia, sufren una serie de cambios en sus elementos componentes: sistemas fonético, sintáctico, morfológico y también en las relaciones y unidades que componen el plano significativo. Desde la agencia de traducción en Valencia y la empresa de traductores de Sevilla de Traducciones Agora queremos explicarte este fenómeno.
Desde un punto de vista diacrónico, es muy interesante observar cómo las palabras cambian de significado. Estos cambios suelen estar favorecidos por una serie de factores que es importante considerar.
Ya a principios del siglo XX, en 1906 exactamente, se reconoció gracias al lingüista francés Meillet, el carácter discontinuo de la transmisión del lenguaje: el niño que aprende a hablar no recibe la lengua completamente hecha, sino que la recrea totalmente al utilizarla, conforme con lo que oye a su alrededor.
Está comprobado que los niños pequeños comienzan dando a las palabras sentidos muy diferentes de lo que éstas tienen en el uso de los adultos, de los cuales los niños las aprenden.
Este continuo recrear el lenguaje trae consigo, al paso de varias generaciones, posiciones de deslizamiento en las unidades y en las relaciones en el plano significativo.
Pero, además del carácter de continua recreación que tiene el desarrollo lingüístico, no hay que olvidar que la lengua es el código principal en la comunicación en una comunidad social, y por lo tanto tiene que ser capaz de expresar todas las experiencias nuevas que la comunidad sufra.
Aunque a la vez, la historia de la lengua estará estrecha e íntimamente ligada a la evolución histórica de la comunidad que la hable o practique. En este punto te recomendamos la lectura de: «Historia de la traducción científico-técnica«.
Normalmente se consideran un conjunto de causas, de muy diverso tipo, como factores fundamentales en el cambio semántico. Se suelen distinguir causas históricas, lingüísticas, sociales, psicológicas y los influjos que puedan ejercer las lenguas extranjeras.
Existen muchos casos en que no solo sea una la causa que provoque un cambio semántico, es posible que sean varias las causa coadyuvantes y una la principal. Incluso es posible que concurran dos o más causas de tipologías muy distintas. O que el mismo tipo de causa origine influencias diferentes en el idioma, según sean los componentes a los que influya.
Por influencia extranjera, del inglés, se ha extendido el sufijo de adjetivo —al (educacional, transformacional), el cual, con el tiempo, puede afectar a gran número de adjetivos, que tradicionalmente se construían con el sufijo —ivo.
También tiene el mismo origen escalada, con la significación de “intensificación”. (La escalada en los bombardeos del Vietnam, ha podido leerse en los periódicos españoles), que proviene de una traducción de inglés del verbo to escálate incorrecta, “intensificar”, ayudada por la semejanza formal.
Entre las causas históricas más importantes aparecen los cambios que se producen en el contenido de las lenguas, en las instituciones y en las ideas. Entre las causas psicológicas hemos examinado algunas tan importantes como el tabú, el eufemismo o la delicadeza al tratar determinados temas.
Es fundamental recordar que existe, además, una auténtica estratificación social del lenguaje; y que normalmente hablamos de la lengua en abstracto, aunque dentro de una comunidad social existen varios grupos que acostumbran a tener un “idioma” diferente: las comunidades religiosas, los militares, los niños, e incluso ciudades y pueblos donde la fonética masculina es totalmente diferente de la femenina.
Por último, hay que considerar otro problema que tiende a ser olvidado: ¿Qué factores determinan la propagación de un sentido nuevo en una palabra o el nacimiento de un término nuevo en un idioma o lengua?
¿Qué ha hecho que el nombre de una familia gaditana, los Cursi, se convirtiera en el siglo XIX hispánico en un adjetivo que sirve para caracterizar diversos aspectos de la conducta humana?
En muchos casos conocemos el origen de un cambio, pero nada sabemos de los factores que ayudaron a su rápida propagación y éxito inmediato. Los hispanoparlantes hemos vivido, a partir de mayo de 1968, la fama y extensión de un significado de contestar, por influencia de la acción revolucionaria francesa: frente a joven contestador (contestón) aparece joven contestatario, donde la diferencia semántica está ya muy clara.
En algunos casos no sólo sabemos el mes y el año, sino también el día en que en un idioma se desencadenó la posibilidad de un sentido nuevo en una palabra o la creación de un nuevo término.
El sentido actual de la palabra francesa demi-mondaine apareció el día 20 de marzo de 1855, en el que A. Dumas, hijo, estrenaba la comedia titulada Le Demi-monde.
En principio, según el pensamiento del autor, la palabra sólo se aplicaba a las mujeres que llevaban una secreta conducta licenciosa, pero conservaban las apariencias; sin embargo, rápidamente se extendió hacia las damas que ni siquiera guardaban las apariencias.
Tal vez también te interese leer: La formación del léxico español.